“Protejamos la privacidad mental”
NEUROÉTICA – INVESTIGACIÓN Y CIENCIA
El auge de los dispositivos neurotecnológicos de uso doméstico debe alertarnos sobre el destino de nuestros neurodatos. (Investigador Científico José Manuel Muñoz).
En el capítulo Toda tu historia de la aclamada serie Black Mirror aparece un mundo en el que los dispositivos neurotecnológicos permiten acceder a los recuerdos de otros y compartirlos con ellos, lo que lleva a sus protagonistas a situaciones indeseadas. ¿Nos acercamos a una sociedad así, en la que nuestros pensamientos quedarán totalmente expuestos? Muchas voces alertan sobre ciertos proyectos destinados, por ejemplo, a desarrollar interfaces no invasivas que permitan escribir textos a partir de nuestra actividad mental, como la AlterEgo, del MIT, o la impulsada —y recién aparcada— por Facebook. Pero, pese a lo que pueda parecer, dichas interfaces no pueden leer pensamientos, pues decodifican impulsos nerviosos enviados a los órganos bucales encargados de articular el lenguaje. Así, solo pueden leer palabras que el usuario previamente ha decidido expresar.
Ahora bien, hay motivos razonables para preocuparse de que nuestros neurodatos (datos cerebrales) sean obtenidos y empleados con fines no estrictamente médicos. Desde luego, se está lejísimos de poder diseñar dispositivos que accedan a pensamientos o recuerdos, pero es mucho lo que hoy puede inferirse sobre la vida mental a partir de los neurodatos: estados emocionales, nivel de estrés o concentración, intenciones motoras, e incluso estímulos sensoriales.
By: investigacionyciencia.es